Empresa familiar con necesidades de sucesión y de transformación cultural en la que el fundador ha superado la edad de jubilación. El proceso de profesionalización del equipo directivo, la formación de hermanos e hijos, y la reubicación de éstos en aquellos puestos dónde más aportaban valor a la empresa permitió estructurar la compañía de forma óptima para afrontar las demandas cambiantes del mercado y del sector en el que se encontraban. Después de la elaboración e implantación de procedimientos y de la preparación, selección y sucesión de la actividad directiva por parte de un miembro de la familia, la segunda generación toma las riendas de la empresa.